Tulipanes de todos los colores

Itunes modo aleatorio, eso es perder el control y dejar que la música me lleve a donde quiera, a mi, me lleva al pasado, al presente, me monta en un tren que alguna vez tomaré y me transporta por muchos paisajes, por algún paisaje que no conozco, me lleva a la caída de las hojas en otoño que algún día veré y que, sin conocerlo es mi estación favorita; Eso es para mi la música, la estación que en el trópico nunca tendré pero que por alguna razón (que no quiero comprender), me remueve cada partícula del cuerpo y logra que pierda el control.

El control... esa sensación que se apodera de mi y que al mismo tiempo, cuando se esfuma me transporta a mi otoño imaginario; Un concierto, un viaje, un vodka con portishead de fondo, una película que alguna vez vi y que finjo repetir mientras el control se pierde y me sumerjo en el encanto de la piel. Una fotografía que me transporta a los tulipanes que algún día conoceré, dejarme ser, que no me importe lo que pasa, lo que pienso, lo que digo, es como sentarme en la playa,  ver el mar y dejarme llevar por la inmensidad de esas olas que se quiebran cerca de la orilla y me hacen sentir que soy una hormiga en mi gran mundo imaginario, porque al fin y al cabo en eso vivimos, en el mundo que cada cual quiere crear, presos de un afán de no se que, que tarde o temprano nos lleva a montarnos en ese tren que parará finalmente en un cultivo de tulipanes de todo los colores.

Perder el control, viajar con la música, tomar una decisión tan simple y compleja que me lleva a escribir, a vivir, a viajar en el mundo que quiero, sin necesidad de aterrizar en el algún lugar, porque al final, qué importa que todo esté al revés, si esa burbuja de cristal en la que decidí entrar me muestra los paisajes que quiero ver pero que al mismo tiempo me impone.

La música… me invita a comprar un tiquete que me lleva en un viaje a donde impredecible, con solo cerrar los ojos, sentarme en un sofá con un trago en la mano y ella como mi única compañía, es algo que no he sido capaz de hacer, por temor o por extrema valentía, qué importa! prefiero acompañarme de unas letras, ya sean mías o de otro, al fin y al cabo las letras, los escritos, las palabras, ellas inmortalizan la existencia y mientras se tengan… uff! si que se inmortaliza, porque queda en el recuerdo, toca esa fibra que transportan por el no-control, esa sensación que invade, me atemoriza y tanto me excita.

Un beso, un cuerpo, una mente, eso logra que pierda el control, pero que la ausencia de ese alguien no me agobie es lo divertido, montarme en ese tren que terminará en un cultivo de tulipanes y que ese punto de llegada sea solo el incentivo para comprar el tiquete de un viaje sin control, sin certezas, eso, eso es perder el control, es como llenar el disco duro de música y sin conocer lo que se tiene y  que la lista de Itunes esté en aleatorio… ese es un viaje que me lleva a esos tulipanes que alguna vez conoceré, tocaré y oleré.

Eso sos, un tulipán que sobrevive el paisaje otoñal…